El 22 de marzo se prepara una gran movilización en defensa del agua, organizada por activistas apasionados por esta esencial causa.
Gran marcha por el agua en Uruguay: la lucha por los derechos ambientales
El próximo 22 de marzo, en conmemoración del Día Mundial del Agua, la Coordinación por el Agua y diversos colectivos ambientales llevarán a cabo una significativa marcha para visibilizar los conflictos ambientales que afectan a nuestro país.En diálogo con Diario La R, Marcelo Caera, integrante de la Coordinación por el Agua, explicó que este movimiento se inició hace tres años, tras la pandemia, con el fin de organizar la Marcha por el Agua en un contexto de desmovilización de organizaciones históricas, como la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida y el Sindicato de OSE (FFOSE).
Caera subrayó la urgente necesidad de exponer las problemáticas ambientales que enfrenta Uruguay, agravadas por un modelo de acaparamiento de tierras y la expansión de monocultivos, tales como los forestales y la soja.
Según el activista, estas prácticas no solo provocan una grave contaminación de los cuerpos de agua, sino que también intensifican la desigualdad económica y la pérdida de soberanía nacional.
“Contamos con 1.200.000 hectáreas de monocultivo forestal y una extensión similar dedicada al monocultivo de soja, que compiten por el uso de la tierra y el agua, mientras contaminan nuestras fuentes hídricas y desplazan a pequeños productores”, manifestó Caera.
Además, denunció la creciente privatización del agua y la insuficiente regulación estatal frente a los intereses de grandes empresas agroindustriales.
Muchas comunidades urbanas ignoran estos conflictos, ya que su concentración se encuentra mayormente en la zona metropolitana, mientras que en el resto del país se vive una crisis que repercute en la calidad del agua y la salud de las personas.
Campamentos para articular la lucha
En el año anterior, la Coordinación por el Agua, en colaboración con el Proyecto Aripucas, organizó campamentos en diferentes puntos del país, como Arazatí, Gichón, Lago Merín y Yaguarí.Estos encuentros fueron clave para conocer el territorio, fortalecer la integración entre colectivos ambientales y diseñar estrategias de resistencia.
En uno de los campamentos realizados en La Paloma, se propuso la organización de una gran marcha para este año.
“Estamos en un punto de inflexión: debemos decidir si el agua se utilizará para generar empleo y alimentos de calidad, o si continuará destinada a la exportación en forma de commodities, como soja, arroz y productos forestales”, expresó Caera.
Un tema crítico es el avance extractivista en la cuenca de la Laguna Merín, la segunda fuente de agua potable más grande de Latinoamérica.
Caera denunció la expansión de la industria arrocera, que consume grandes cantidades de agua y provoca altos niveles de contaminación.
También alertó sobre megaproyectos como la construcción de una hidrovía para exportar arroz, soja y productos forestales a través de Brasil, así como la posible instalación de una cuarta planta de celulosa en la zona.
Un llamado al nuevo gobierno
La marcha tiene como objetivo no solo visibilizar los conflictos, sino también enviar un mensaje claro al próximo gobierno.“Queremos que la nueva administración evalúe si se pondrá del lado de los derechos humanos y la salud de las personas, o si continuará profundizando la desigualdad y el saqueo de los recursos naturales”, enfatizó Caera.
Los colectivos convocantes incluyen a la Coordinación por el Agua, la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida, Asamblea Hué Mirí y otras organizaciones de Canelones y del resto del país.
La movilización busca unir esfuerzos para exigir una gestión ambiental responsable y una fiscalización efectiva de las normativas existentes.
“El futuro de Uruguay depende de decisiones que debemos tomar hoy.
Necesitamos priorizar la salud, la soberanía alimentaria y la calidad de vida de nuestra gente frente a los intereses de las grandes corporaciones”, concluyó Caera.
Fuente: Grupo R Multimedio