Los católicos celebraron con devoción el Domingo de Ramos, marcando el comienzo de la significativa Semana Santa.
Inicio de Semana Santa: Celebración del Domingo de Ramos en Montevideo
El Domingo de Ramos marca el comienzo de la Semana Santa para la Iglesia Católica.En esta ocasión, cientos de feligreses se congregaron en parroquias y capillas de todos los barrios de Montevideo para participar de la celebración.
En la acera oeste de la renovada Plaza Constitución, frente a la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo, el cura párroco Miguel Suárez ofició la misa, acompañado del diácono Enrique Chinazzo.
La jornada comenzó a las 9 con la tradicional bendición de ramas de olivo, laurel, palmas y otros elementos simbólicos.
Este domingo evoca el momento en que Cristo hizo su entrada triunfal en Jerusalén montado sobre un asno, un acto que simboliza tanto la gloria como la humildad.
Además, es conocido como el Domingo de Pasión, ya que precede a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Durante la misa, el sacerdote enfatizó el profundo significado teológico y espiritual de este evento, invitando a los fieles a reflexionar sobre la humildad, el sacrificio y la victoria final del bien sobre el mal.
Su mensaje incluyó las siguientes palabras: “Es un domingo lleno de vida, lleno de alegría donde celebramos la llegada del bendito que viene en el nombre del Señor”.
Agregó que es hermoso reconocer que “Dios es nuestro Mesías, nuestro Salvador, el esperado”.
El cura Suárez también se detuvo a reflexionar sobre muchos que buscan encontrar a Jesús pero no lo logran, recordando a aquellos que asistieron a catequesis de pequeños y que al crecer se olvidan de Él.
Enfatizó: “Cuánta gente sufre, cuántos viven en la calle.
Todas las mañanas, aquí mismo, hay personas que no encuentran sentido a la vida y para ellos también vino Jesús”.
Para concluir, el sacerdote expresó su deseo de que “todos los corazones sean lindos” y de que se reconozca la necesidad mutua entre las personas, invitando a dejar de lado la creencia de que se puede enfrentar todo solo, porque “todos nos necesitamos”.
Fuente: El Telegrafo