El implacable avance del tiempo: una mirada profunda a su influencia en nuestra existencia.
Los perros de Armando
Los perros de Armando
Por Armando GuglielmoneInstructor canino – Educador etólogo
Venta de ovejeros alemanes de pedigrí Contacto: 098 539 682 En ocasiones, nos encontramos inmersos en actividades o proyectos con la sensación de que el tiempo está a nuestro favor.Sin embargo, al poco tiempo, la realidad nos sorprende y nos damos cuenta de que ha transcurrido más rápido de lo esperado.
Este fenómeno ocurre cuando la actividad nos apasiona o se nos presenta como una tarea liviana.
Recientemente, me di cuenta de que esta semana se cumplen 30 años desde que comencé a adiestrar perros.
Esta revelación me sorprendió, ya que cuando uno disfruta de lo que hace, el tiempo parece desvanecerse.
A lo largo de estas tres décadas, he tenido el privilegio de combinar mi pasión con esta labor que me resulta gratificante.
Rememoro un 10 de diciembre de 1994, cuando llevé a Eva, mi cachorra dobermann, a un bosquecito en el barrio San Martín.
Equipado únicamente con una pelota de tenis y la ilusión de aplicar las ideas que había desarrollado en mi mente, me percaté de que el tiempo que dedicaba a esta actividad era un regalo que me hacía, entre otras cosas, disfrutar de mi vida laboral.
Al principio, este camino representaba un hobby.
En ese momento, mi entorno me aconsejaba que abandonara esta iniciativa, afirmando que no sería una fuente de ingresos viable.
Sin embargo, me dio mucho más que eso: estableció lazos profundos con los perros y me enseñó a comprender su forma de ser.
Esta comunicación me ha permitido crecer como persona.
Es común escuchar que quienes trabajan con animales tienen suerte, ya que, en palabras de la célebre frase, “Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro”.
A través de esta experiencia, también he conocido a personas excepcionales, cuya fidelidad y nobleza recuerdan a la de los perros.
Las conexiones humanas que he forjado gracias a esta labor han enriquecido mi vida.
A lo largo de estos años, he tenido la oportunidad de interactuar con personas de diversos países que han ampliado mis horizontes.
He aprendido de expertos en cría de perros y he recibido la oportunidad de expresar mis pensamientos en esta columna, lo cual aprecio profundamente.
Hoy, miro hacia atrás y valoro cómo he pasado de adiestrar perros de manera individual a entrenar decenas, cientos y finalmente más de mil.
Cada perro ha dejado una huella en mi recorrido.
Estoy agradecido a todos los propietarios que han confiado en mí y continúo recibiendo consultas por ayuda y consejo.
Espero seguir disfrutando de esta maravillosa actividad, que me ha brindado felicidad durante tanto tiempo.
Gracias.
Fuente: Diario Cambio