El engorde del ovino Merino: una clave indispensable para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Desafíos en la Cría de Ovejas Merino Australiano en el Norte del País
En un contexto complicado para el rubro ovino, particularmente para el Merino Australiano en zonas del norte, se han reportado importantes mortandades en ciertas categorías.Los problemas parasitarios han sido señalados como la causa principal, y algunos productores han manifestado que, tras el afinamiento de sus lanas, la oveja Merino ha perdido rusticidad para enfrentar estas adversidades.
Análisis del Ingeniero Agrónomo Gaiel Ciappesoni
El ingeniero agrónomo Gaiel Ciappesoni, investigador del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y miembro del Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas (Crilu), destacó la importancia de estar atentos a este asunto, similar a lo que se aplica en cualquier ámbito de la genética.“Cuando se mejora considerablemente una característica, existe el riesgo de comprometer otra”, explicó, refiriéndose al concepto de “trade-offs”.
“Es esencial que las instituciones realicen un seguimiento constante para evitar sorpresas a los productores”.
Estabilidad en el Diámetro de la Lana
En cuanto a la investigación llevada a cabo en el núcleo Glencoe de INIA, Ciappesoni indicó que “históricamente, se ha reducido el diámetro de la lana, pero desde hace aproximadamente diez años esto se ha estabilizado”.Aunque la lana sigue siendo genéticamente más fina que en la población general, esta estabilidad ha permitido obtener excelentes resultados reproductivos en los últimos cuatro años, con porcentajes de señalada que superan el 100% en Merino.
Es relevante aclarar que estos resultados son producto de “un paquete tecnológico robusto”, centrado especialmente en características reproductivas, ya que la genética del Crilu no ha sido seleccionada por estas características, sino por el afinamiento de las lanas.
Preocupaciones sobre el Engrasamiento
El ingeniero agrónomo manifestó su preocupación respecto al engrasamiento de los animales más finos, especialmente en las hembras.“Podrían perder condición corporal, lo que impactaría en la reserva energética necesaria para afrontar fluctuaciones climáticas”, resaltó.
Por este motivo, INIA ha estado trabajando en la medición del espesor de la grasa, particularmente en la zona del bife, utilizando ultrasonido para garantizar que no se pierda esta reserva crucial para la supervivencia en condiciones adversas.
Observaciones de Proyectos Internacionales
Ciappesoni también compartió que en los primeros proyectos con países europeos se registró un descenso en el grosor de la lana del Merino en Uruguay, pero surgió la primera “luz roja”: “Se observó una posible pérdida de grasa corporal, lo que podría ocasionar animales excesivamente magros”.No obstante, aclaró que hasta el momento “no hemos notado problemas en términos reproductivos, aunque no estamos realizando evaluación genética reproductiva, sino solo fenotípica”.
Conclusiones
El profesional concluyó enfatizando que “para mejorar cualquier característica, es fundamental medirla y evaluarla”.Insistió en la necesidad de mantener una vigilancia constante para asegurarse de que, al potenciar una cualidad, no se esté debilitando otra.
Fuente: El Telegrafo