Estreñimiento en adultos mayores: una preocupación que requiere nuestra atención urgente
El Estreñimiento: Un Problema Común en Adultos Mayores
El estreñimiento, conocido como EAM (Estreñimiento Aislado Mayor), es una queja frecuente entre los adultos mayores y está asociado a un impacto significativo en la salud, lo que puede llevar a derivaciones a especialistas, admisiones hospitalarias y procedimientos quirúrgicos.Este problema afecta entre el 30% y el 50% de esta población, repercutiendo en su calidad de vida relacionada con la salud.
Diferenciación del EAM
Es importante distinguir entre el EAM funcional, que no presenta causas estructurales u orgánicas, y el que se origina por causas secundarias.El EAM funcional se define por la presencia de dos o más de los siguientes síntomas en al menos el 25% de las defecaciones: esfuerzo excesivo para evacuar, heces duras o grumosas, sensación de evacuación incompleta, sensación de obstrucción anorrectal, necesidad de maniobras manuales para evacuar y menos de tres evacuaciones espontáneas por semana, con síntomas que deben estar presentes durante al menos tres meses.
Factores de Riesgo
Algunos factores de riesgo asociables son el sexo femenino, la inactividad física, una alimentación inadecuada y baja ingesta de líquidos.Causas del EAM
Causas Funcionales
Entre las causas funcionales se destacan el tránsito lento intestinal y el síndrome de intestino irritable.Causas Orgánicas
Farmacológicas: Ingesta de morfina, antidepresivos y diuréticos.Metabólicas: Diabetes y hipotiroidismo.
Neurológicas: Enfermedades como Parkinson, demencia y accidentes cerebrovasculares (ACV), así como lesiones que afectan el sistema nervioso.
Lesiones Estructurales: Prolapso rectal y cáncer de colon.
Causas Musculares: Dermatomiositis y esclerodermia.
Causa Anorrectal: Fisura anal, estenosis anal y enfermedades inflamatorias intestinales.
Psicológicas: Depresión y estrés crónico, además del encamamiento prolongado.
Complicaciones Asociadas
El EAM puede llevar a complicaciones serias como ulceración intestinal, sangrado, anemia e impactación fecal (fecaloma).Diagnóstico
El diagnóstico se realiza a través de un examen clínico que incluye la evaluación de síntomas defecatorios, un examen ano-rectal y la consideración de comorbilidades asociadas.Tratamiento
El tratamiento tiene varios enfoques, tales como: Establecer una rutina para ir al baño.Manejar la respiración diafragmática y la postura al defecar.
Realizar ejercicio físico durante 45 a 60 minutos al día, preferentemente caminando.
Utilizar laxantes según las necesidades individuales del paciente.
Aumentar el consumo de fibra dietética, recomendándose entre 20 a 35 gramos diarios de fibra soluble e insoluble, incluyendo frutas, verduras y cereales integrales.
Promover una buena hidratación, a través de infusiones o caldos de verduras.
Ingerir menores cantidades de alimento repartidas en cinco comidas al día, con cocciones adecuadas como cremas de verduras, purés, guisos, pescados y huevos.
Incorporar alimentos fermentados como yogur, kéfir o chucrut.
Conclusión
Es fundamental estar atentos a síntomas que requieran una exploración más detallada mediante una colonoscopía.Estos incluyen la presencia de sangre oculta en heces, síntomas obstructivos, aparición aguda de estreñimiento persistente y grave no responsivo al tratamiento, pérdida de peso significativa, cambios en la consistencia de las heces, antecedentes familiares de cáncer de colon, fiebre inexplicable, síntomas nocturnos y anemia con déficit de hierro.
Fuente: El Telegrafo