Dr.
Ricardo Diez: La actividad física, una poderosa aliada en la lucha contra el cáncer
La importancia del ejercicio físico en la prevención y tratamiento del cáncer
Según estimaciones, entre el 25% y el 35% de la población adulta mundial no cumple con las recomendaciones de actividad física establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).En Uruguay, la situación es preocupante: se registran aproximadamente 17.000 nuevos casos de cáncer al año, lo que conlleva a unas 8.200 muertes anualmente atribuidas a esta enfermedad.
Estos datos subrayan la gravedad del problema.
El diagnóstico y el tratamiento del cáncer generan un profundo impacto en la calidad de vida de los pacientes.
Los mecanismos biológicos mediante los cuales el ejercicio físico (EF) puede influir en el desarrollo del cáncer son diversos e incluyen: Regulación de la producción hormonal.
Mejora de la vascularización.
Cambios en el sistema inmunológico.
Freno de la invasión de células cancerosas.
La prescripción de ejercicio físico para pacientes oncológicos requiere una evaluación cuidadosa.
Es fundamental identificar riesgos y barreras potenciales, considerando el estado físico, emocional y conductual del paciente; así como su estilo de vida, comorbilidades metabólicas, y la etapa y localización del cáncer.
Esta estrategia debe ser implementada en todas las etapas del proceso oncológico.
Beneficios del ejercicio físico
La práctica regular de ejercicio puede disminuir hasta un 30% el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluyendo el de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago.Además, se ha asociado con una reducción del 20% en la mortalidad específica por todos los tipos de cáncer combinados, siendo los efectos en la supervivencia especialmente notables en cáncer de mama y colorrectal.
El ejercicio también ayuda a mitigar los efectos secundarios del tratamiento, proporcionando los siguientes beneficios: Reducción de la fatiga relacionada con el cáncer.
Mejora del apetito, náuseas y constipación.
Fortalecimiento de la función inmune y recuperación celular, disminuyendo la inflamación sistémica.
Mejora de la función cardíaca y de la fracción de eyección ventricular.
Aumento de la densidad mineral ósea, especialmente con entrenamiento de fuerza.
Optimización del perfil glucémico, la presión arterial, los lípidos y el control del peso.
Mejora de la capacidad cardiorrespiratoria (VO2máx), crucial para la tolerancia al tratamiento y la calidad de vida.
Preservación de la masa muscular y fuerza, contrarrestando la sarcopenia y la pérdida ósea inducida por tratamientos hormonales.
Incremento de la funcionalidad física, promoviendo la independencia y disminuyendo el riesgo de caídas.
Reducción de ansiedad, depresión y estrés; mejora del sueño y de la autoimagen.
Beneficios cognitivos, como la mejora en concentración y memoria, conocidos como “quimioniebla”.
Modalidades del ejercicio físico
Las modalidades de ejercicio pueden incluir actividades aeróbicas, de fuerza, flexibilidad y equilibrio.Estas pueden practicarse en formatos presenciales, en línea, híbridos, ya sea en grupo o de manera individual.
Conclusión
El ejercicio se presenta como una "polipíldora natural", una intervención simple, de bajo costo y con múltiples beneficios comprobados tanto para la salud física como mental.Invertir en movimiento es sinónimo de ganar salud.
Hacer del movimiento un hábito diario es fundamental; romper el sedentarismo no exige grandes esfuerzos, sino una decisión constante.
Cada paso cuenta y el movimiento diario se convierte en medicina.
Fuente: El Telégrafo