La conmovedora travesía de Armando y sus fieles canes: un relato de lealtad y amor sin límites.
Los Justos y los Incapaces
Por Armando Guglielmone Instructor canino – educador etólogo Venta de ovejeros alemanes de pedigrí Contacto y/o sugerencias: 098 539 682 Se dice que las cosas se ven según el cristal a través del cual uno las mire, y esto es cierto.Muchas veces percibimos situaciones de un modo que no refleja la realidad, aunque así lo parezca.
Es similar a esas fotografías en las que dos perros parecen pelear, pero en realidad están jugando.
La semana pasada, conté sobre una perra que presentaba una enorme herida en su abdomen; sin embargo, gracias a Dios, la herida no era tal.
Resulta que esta perra nació con una rara malformación que le otorga ese aspecto digno de preocupación, pero se trata más bien de un apéndice inoperable.
Este es uno de esos casos donde algo que podría resultar triste al contemplarse, provoca alivio, especialmente al saber que la perrita fue rescatada de lo que podría haber sido una muerte inminente.
Por esto, es fundamental comprender el trasfondo de las cosas y evitar emitir juicios definitivos de manera apresurada.
Aunque es cierto que muchas situaciones carecen de significado profundo.
Al conversar con el propietario de esta perra, quien tuvo la gentileza de ponerse en contacto y compartir la historia de su mascota, llegamos a la conclusión de que los organismos encargados de velar por estos animales existen, pero funcionan de manera completamente ineficaz.
Mi hipótesis de que quienes se dedican a ayudar a perros maltratados son aquellas personas que no tienen la obligación de hacerlo quedó confirmada.
Tanto los perros como muchos propietarios se encuentran abandonados a la desidia y a la incompetencia de organismos y profesionales que, en ocasiones, actúan de forma sorprendente.
Como anécdota, esta semana visité un hogar donde supuestamente había un problema con un perro agresivo que había mordido a otro perro, así como a su dueño durante un altercado.
Tras escuchar al propietario describir los comportamientos previos de este perro y de otros que viven en la casa, llegué a la conclusión de que tenían perros dominantes debido a una mala jerarquización y, en términos coloquiales, estaban malcriados.
Este problema resulta relativamente sencillo de solucionar, ya que requería la implementación de límites y la eliminación de privilegios para reorganizar la escala jerárquica.
Todo lo anterior lo discutí sin haber visto al perro, pues prefiero no dejarme influenciar por su apariencia para evitar prejuicios.
Sin embargo, esperaba encontrarme con un perro de aspecto imponente.
Grande fue mi sorpresa al ver a un perro que, más que un dogo, parecía un peluche.
A pesar de que había imaginado un perro robusto, en la veterinaria que los atendía no paraban de recomendar la eutanasia para él.
La incapacidad de algunos “profesionales” ha llegado a un nivel increíble; escuchar los relatos de los dueños sobre lo que les habían aconsejado en relación a sus perros me dejó atónito.
Me parece alarmante cómo intentan deshacerse de un problema en lugar de aprender a manejarlo.
Esta situación me reafirma en la idea de que el sistema está radicalmente mal, y peor aún, no muestra signos de mejora alguna.
Fuente: Diario Cambio