El misterio de la tibieza: ¿quién fue el pionero en mencionarlo?
Reflexiones tras el balotaje: La importancia de abrazar las ideas
Por Gustavo Varela Concluidas las elecciones nacionales, los uruguayos nos preparamos para celebrar las festividades navideñas y de fin de año.Este breve periodo de calma se interrumpirá con la llegada de las elecciones departamentales en mayo.
En una entrega anterior, abordamos dos temas centrales que, a nuestro juicio, influyeron en la decisión del balotaje: el voto bolsillo y la temeridad política.
En esta ocasión, me adentraré en el segundo aspecto.
La reciente elección ha suscitado un debate entre los integrantes de la coalición gobernante sobre la aparente tibieza con la que se encaró el proceso electoral.
Este tema fue señalado incluso por el Presidente de la República en un evento reciente.
Sin embargo, la cuestión no se limita a la tibieza; es mucho más profunda.
La actividad política debe llevarse a cabo defendiendo ideas con firmeza, basadas en la doctrina y necesidades de la población.
Es esencial enfrentar las ideas del adversario, manteniendo siempre un enfoque en el contenido y no en las personas, evitando así caer en discursos de odio.
Combatir las ideas no implica hacerlo de manera agresiva o violenta; se necesita una defensa convincente y decidida.
No hay que temer al roce de opiniones.
Como dijo Artigas: “Cuando me quede sin soldados, pelearé con perros cimarrones”, reflejando su determinación en la lucha por sus ideales.
Es fundamental aprender de este proceso, sin que ello genere divisiones dentro del partido o la coalición.
La política se basa en ideas, en defenderlas y difundirlas, complementado con un acercamiento genuino a la gente para escuchar y guiar sus inquietudes.
No se puede hacer política desde la distancia de las redes sociales.
Aunque éstas puedan ofrecer una imagen atractiva, muchas veces carecen de sustancia y no contribuyen significativamente al bienestar de la ciudadanía.
El adversario ganó en buena ley.
Ahora, queda esperar las propuestas que se presenten, tras los primeros signos de confusión entre el Presidente electo y su futuro Ministro de Economía.
A quienes asuman el liderazgo de los partidos, les aconsejo recordar que quien ganó tiene el 50% de apoyo, pero también existe otro 50% que anhela que sus ideas sean defendidas con convicción y determinación.
La tranquilidad no será el resultado de un triunfo electoral, sino de la transparencia y firmeza en nuestros planteamientos.
Fuente: Diario Cambio