Camerún honra la memoria de Carlos Páez Vilaró al nombrar una calle en reconocimiento a su invaluable legado artístico.
Homenaje a Carlos Páez Vilaró en Camerún
El escritor Javier Volonté, asesor de la embajada de la República de Camerún, visitó recientemente la redacción de Diario de la R.En esta ocasión, se conmemoró un año desde que las autoridades de la gobernación de Douala decidieran rendir homenaje al artista uruguayo Carlos Páez Vilaró, nombrando una de las calles principales de la ciudad camerunesa en su honor.
Volonté declaró que esta acción es un gesto apropiado de hermandad.
“Camerún lo recibió y lo tuvo durante mucho tiempo en sus tierras, fue un país que lo enamoró y siempre lo atrajo”, aseguró.
Carlos Páez Vilaró recordaba con gran cariño a la República de Camerún, donde realizó dos visitas significativas en 1961 y 1968, luego de la independencia del país en 1960. Durante su estancia, el maestro visitó la tribu Penja, un lugar que para él significaba mucho.
Allí, se propuso capturar la esencia del nativo africano en sus obras, destacando la figura de la mujer africana con su niño a cuestas y vestimenta tradicional, en contraposición a las imposiciones europeas.
Volonté resaltó cómo Vilaró valoraba a los nativos como dueños y líderes de sus tierras, mostrando al mundo la riqueza cultural de Camerún.
La calle que lleva su nombre está ubicada en Douala.
Volonté mencionó que el artista pintó cerca de cien obras en Camerún, aunque solo unas pocas han trascendido.
Entre ellas, destacó “Los Fusileros”, un cuadro dedicado a la tribu Penja, cuyo paradero se desconocía hasta su reciente aparición en Europa el año pasado.
Este cuadro retrata a los guerreros con sus vestimentas tradicionales.
“Los Fusileros” hace referencia a un grupo de africanos que desembarcaron en Provenza, pocos días después del desembarco de Normandía, para unirse a las tropas aliadas en la liberación de Europa.
Además, Volonté mencionó otra obra, “Ghaniball”, sobre un destacado personaje africano cuya procedencia ha sido tema de debate, pero estudios recientes sugieren que era camerunés.
Ghaniball fue uno de los pocos africanos que alcanzó nobleza en la Corte de los Zares en Rusia.
A lo largo de su vida, Carlos Páez Vilaró cultivó fuertes lazos con los pueblos africanos, siendo conocido y tratado como hermano por ellos.
En respuesta a este legado, Volonté gestiona desde la embajada la designación de la Escuela N° 56 de San Bautista, Canelones, con el nombre de República de Camerún.
Esto tiene como objetivo estrechar vínculos de cooperación y amistad entre ambos pueblos, y actualmente se avanza en la gestión parlamentaria correspondiente.
Así, la memoria de Carlos Páez Vilaró continúa viva tanto en Uruguay como en Camerún, uniendo culturas y promoviendo el respeto y la valorización de la herencia africana.
Fuente: Grupo R Multimedio