El Padre Pío: Un Portador de Esperanza y Devoción hacia Jesucristo
Celebración de San Pío de Pietrelcina
El 23 de septiembre, la Iglesia Católica conmemora a San Pío de Pietrelcina (1887-1968), conocido cariñosamente en todo el mundo como 'Padre Pío'.Su nombre de nacimiento fue Francesco Forgione y fue un fraile y sacerdote de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos (O.
F.
M.
Cap.
).
El nombre “Pío” fue adoptado por Francesco al recibir el hábito franciscano capuchino, reflejando la belleza del significado de la palabra, que evoca cualidades como la devoción, la misericordia, la benignidad y la compasión.
Además, es un homenaje a San Pío V, el Papa a quien veneraba.
El Padre Pío nació en Pietrelcina, Campania (Italia), el 25 de mayo de 1887.
Un Camino de Fe
El 10 de agosto de 1910, Fray Pío fue ordenado sacerdote.A lo largo de su vida, el Padre Pío se destacó como un santo de lo “ordinario”, enfrentando, como cualquier ser humano, luchas espirituales y debilidades.
La diferencia radica en su respuesta al amor de Dios, a la que dedicó su vida, buscando siempre ofrecer amor a cambio.
Se dice que quienes intentan vivir este principio logran, eventualmente, alcanzar lo “extraordinario”.
Un Confesor Excepcional
Entre los dones del Padre Pío se encuentra su extraordinaria capacidad para comprender el alma humana.Era capaz de leer los corazones y las conciencias de aquellos que se acercaban a él, lo que le permitió ejercer el sacramento de la confesión de una manera única y reveladora.
Compromiso Social
El Padre Pío también mostró una profunda preocupación por los más necesitados.El 9 de enero de 1940, convenció a sus amigos espirituales para fundar un hospital que tuviera como objetivo sanar tanto los “cuerpos como las almas” de quienes sufrían en su región.
Después de varios años de trabajo, el hospital fue inaugurado el 5 de mayo de 1956, bajo el nombre de “Casa Alivio del Sufrimiento”.
Legado Espiritual
Hoy, San Pío continúa señalando el camino hacia Jesús y nos invita a ser testigos del evangelio de la misericordia de Dios.Fuente: El Telegrafo