Salto: ¿Elegimos el camino de la mediocridad o el del optimismo en nuestro futuro?
Reflexiones sobre la Política en Salto
Por Agustín Radesca En una ocasión, se le preguntó a Hugo Batalla, ex vicepresidente de nuestra república y uno de los más destacados defensores del Estado de Derecho durante los tiempos difíciles de la dictadura cívico-militar, sobre su motivación para incursionar en la política.Con la sinceridad y humildad que lo caracterizaban, Batalla respondió que su compromiso político surgía de su preocupación por el prójimo, reflejando esta idea en una de sus frases más célebres: “Yo estoy en política para sacarle lo que tiene de teatro, de escenario, para agregarle lo que debe y tiene que tener de indarse a los demás”.
Hoy, al observar el panorama político en nuestro departamento, es evidente que ha perdido su esencia.
La política, que debería ser un servicio a las necesidades de la ciudadanía, ha mutado en un instrumento de conveniencias e intereses particulares.
Muchos de aquellos que “ejercen” en este ámbito lo hacen buscando su propio beneficio, distanciándose de la verdadera razón de ser de esta actividad.
Como resultado, nuestro departamento ha transitado de ser la capital del interior, un referente de optimismo y pujanza nacional, a uno marcado por el crecimiento desmedido de asentamientos irregulares, calles intransitables y un aumento notable en el número de funcionarios de Gobierno Departamental, que ha crecido en más de 700 en los últimos años.
Esta situación refleja una práctica clientelar sin precedentes, que ha descuidado la prudencia necesaria en el uso de recursos públicos para mejorar la calidad de vida de los salteños.
Desde nuestra perspectiva, hay un claro clamor por un cambio y una renovación en el gobierno departamental, sentimiento que se intensifica cada día.
Por ello, valoramos positivamente la candidatura a la Intendencia de Salto de Marcelo Malaquina, quien nos permite recuperar ese sentido de optimismo y esperanza por transformar la realidad de nuestro departamento.
Su figura evoca un pasado en el que Salto se caracterizaba por su alegría y convicción de que todo es posible.
Es momento de que nuestra clase política atraviese un proceso de renovación y retome las palabras de Hugo Batalla, añadiendo a la política el principio fundamental de preocuparse por los demás.
En definitiva, Salto tiene la oportunidad de optar entre dos modelos de departamento: el que representa el actual Gobierno Departamental y el que propone un cambio renovador con la figura de Marcelo Malaquina.
Fuente: Diario Cambio