Trump planea un drástico recorte en el personal de la región, reduciendo de 10,000 a solo 290 empleados esenciales, tras destinar $2,300 millones en 2024 y traspasar el control al Departamento de Estado.
Impacto de la Suspensión de Fondos de USAID en América Latina
América Latina se enfrenta a las repercusiones de la suspensión de los fondos y el recorte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que en 2024 destinó a la región $2,300 millones.Esta decisión, adoptada por el expresidente Donald Trump, pone en riesgo la continuidad de programas en 130 países y afecta a millones de personas que se beneficiaban de la cooperación estadounidense.
Lo que inicialmente era una medida temporal de noventa días, cuyo objetivo era “reducir el gasto público y la burocracia, revaluar la eficacia de los programas y prevenir el posible uso indebido de los fondos”, se ha convertido en una situación incierta para USAID.
Elon Musk, responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.
UU.
, declaró que “ha llegado el momento de que muera” la agencia.
Aunque un juez federal bloqueó temporalmente esta decisión el pasado viernes, Trump planea reducir su personal de 10,000 a solo 290 puestos, considerados “esenciales”, según lo informado por The New York Times.
Además, ha transferido el control de la agencia al Departamento de Estado, terminando así con seis décadas de operaciones que han destinado miles de millones de dólares a programas humanitarios a nivel global, incluyendo América Latina.
De acuerdo con datos oficiales del Gobierno de EE.
UU.
, en 2024, USAID distribuyó más de $44,000 millones en ayuda internacional, de los cuales cerca de $2,300 millones fueron dirigidos a iniciativas en América Latina.
Este apoyo ha sido un pilar fundamental para diversos programas en la región.
“Estados Unidos es un donante clave y su ausencia es insustituible.
Ni siquiera sumando todas las contribuciones europeas en Colombia alcanzarían la mitad de la ayuda estadounidense”, puntualiza Elizabeth Dickinson, analista senior de Crisis Group para la Región Andina.
En Colombia, los aportes de USAID alcanzaron casi $400 millones en 2024, destinados a programas en áreas como humanitarian assistance, cooperación judicial, seguridad, educación, sanidad, paz, igualdad, medio ambiente, cultura y migración.
La situación es similar en otros países de la región.
Efectos en la Crisis Migratoria
Uno de los programas más afectados por los recortes de fondos es la gestión migratoria, un tema clave para la administración Trump.Stephani López, consultora en políticas migratorias, señala que la reducción de fondos “impacta directamente a entidades como Migración Colombia y al programa de migrantes y refugiados del Departamento de Estado”, limitando su capacidad operativa en zonas críticas como las fronteras con Venezuela y Ecuador.
Además, la política de externalización migratoria de EE.
UU.
, que delegaba parte de la gestión a países como Colombia, México y Panamá, enfrenta un futuro incierto.
“El cierre de las oficinas de movilidad segura, que facilitaban permisos y visados, impone más barreras a los migrantes”, explica López.
También advierte que la falta de financiamiento para estrategias de reintegración “deja en mayor vulnerabilidad a los retornados, sin programas efectivos que faciliten su inclusión social y económica.
” A pesar de la existencia de otras fuentes de financiamiento, como préstamos de organismos multilaterales, estas “no son suficientes para cubrir el vacío dejado por USAID”, obligando a los gobiernos a asumir un rol más activo en la sostenibilidad de las iniciativas de atención a migrantes.
Freno al Acompañamiento Técnico
La disminución de la cooperación estadounidense también tiene impactos significativos en áreas técnicas en Brasil y Perú, donde las autoridades han manifestado su preocupación por la posible reducción de fondos destinados a la protección de la Amazonía y la lucha contra el narcotráfico.En Brasil, USAID firmó un acuerdo en 2015 con el Gobierno para destinar $300 millones hasta 2030 a la preservación del ecosistema amazónico y el bienestar de comunidades rurales.
Aunque el programa sigue vigente, algunas ONG locales han recibido notificaciones de suspensión de financiamiento, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de iniciativas como la asistencia alimentaria a migrantes en Roraima.
En Perú, la suspensión podría afectar el acceso a $630 millones hasta 2030 y a alrededor de sesenta ONG que dependen de dichos fondos.
Aunque el Gobierno asegura que programas clave como la lucha contra el narcotráfico y la protección del Amazonas no se verán perjudicados, reconoce que las organizaciones no gubernamentales sí podrían verse afectadas.
Dickinson enfatiza que la cancelación abrupta de estos programas no solo deja sin apoyo a quienes buscan mejorar sus condiciones de vida, sino que también expone a líderes comunitarios a la incertidumbre y posibles represalias.
“La confianza de las comunidades en el respaldo internacional se ha visto gravemente afectada, generando un vacío que podría ser aprovechado por actores ilegales”, añade.
Salud, Educación y Desarrollo Rural, También Afectados
En Guatemala, el congelamiento de $275.3 millones pone en riesgo proyectos en áreas como justicia, educación, salud, derechos de las mujeres y agricultura.En Honduras, donde en 2024 se recibieron cerca de $100 millones, sectores clave como educación, salud, agricultura, atención a migrantes y lucha contra la corrupción se verán perjudicados.
Aunque el Gobierno de Xiomara Castro minimiza la gravedad de la medida, organismos como el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Defensoría de Movilidad Humana alertan sobre sus efectos, especialmente en la protección de víctimas de desplazamiento forzado.
A pesar de la afinidad ideológica entre Nayib Bukele y la administración Trump, en El Salvador, la retirada de fondos pone en peligro iniciativas centradas en desarrollo humano, empleo, educación, transparencia, innovación, inversión y alianzas para el crecimiento económico.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha celebrado la suspensión de la ayuda, argumentando que ha financiado a grupos opositores; no obstante, organizaciones que apoyan a migrantes, mujeres y personas LGBTI advierten sobre el riesgo de desaparición de estos programas.
De hecho, en el sur del país, USAID movilizó cerca de $30 millones para proyectos, generando $250 millones en inversión entre 2021 y 2023, según datos oficiales.
En República Dominicana, el presidente Luis Abinader instó esta semana al secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, a restablecer la ayuda humanitaria a Haití para evitar una crisis migratoria y respaldar la Misión Multinacional de Seguridad, advirtiendo que la situación representa una amenaza regional que requiere respuesta coordinada.
La reducción de fondos generará un enorme vacío que los gobiernos deberán enfrentar, dado que la aportación estadounidense representaba
Fuente: Telemundo47