La sorprendente enseñanza tras la derrota de Israel: ¿Qué transformaciones se avecinan para el futuro?
La Paradoja de la Derrota de Israel
La Recuperación de la Confianza en Israel y sus Consecuencias
Fecha: [Fecha de Publicación] En septiembre, los israelíes comenzaron a recuperar la confianza tras la intensificación de los ataques de su gobierno contra Hezbolá.Sin embargo, después del 7 de octubre, la situación cambió drásticamente al ver cómo Hezbolá era capaz de infligir daños significativos a ciudades, aeropuertos y centrales eléctricas de Israel, apoyando a Hamás y obligando a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a dividir sus recursos entre el sur y el norte del país.
Este contexto de temor y desánimo se transformó momentáneamente en una sensación de victoria cuando Netanyahu afirmó que Israel estaba «ganando» la guerra, haciendo eco de la Guerra de los Seis Días de 1967. En las escuelas religiosas, se organizaron bailes de celebración, mientras que los judíos israelíes seculares y liberales también mostraban alegría, atribuyendo la victoria a sus valientes pilotos y agentes de inteligencia.
No obstante, la euforia duró poco.
Irán contraatacó con misiles y un ataque terrorista resultó en la muerte de seis personas en el tren ligero de Tel Aviv.
La operación terrestre en Líbano ha resultado ser más costosa en términos de bajas israelíes que las anteriores ofensivas aéreas y operaciones especiales.
La posibilidad de una guerra regional más amplia, que involucre a Irán, plantea un escenario complicado para Israel, alejándose de los triunfos rápidos que podrían haber anticipado.
La percepción de derrota es cada vez más fuerte, lo que sugiere la necesidad de una reevaluación estratégica por parte de Israel ante los cambios en su entorno desde el 7 de octubre.
A un año de la masacre, el país sigue lamentando sus pérdidas.
La ventaja económica que alguna vez tuvo Israel se está desvaneciendo, poniendo en riesgo a las élites liberales.
Las amenazas a la democracia israelí parecen ser más graves que nunca.
En este contexto, prolongar la guerra en busca de una victoria total podría acarrear más víctimas y sufrimiento económico.
Israel debería utilizar su actual ventaja en el campo de batalla para propiciar un cese al fuego mediado por Estados Unidos, recuperar a sus rehenes y facilitar la rehabilitación de Gaza.
La historia muestra que tanto Gaza como Líbano han sido desafíos significativos para Israel; no debe repetir errores pasados, sino buscar acuerdos que reduzcan pérdidas y avancen hacia la paz.
Un gobierno israelí responsable evaluaría los intereses estratégicos a largo plazo y podría relanzar el proceso de paz con Palestina, aspirando a un acuerdo de dos Estados.
Este enfoque aseguraría la seguridad y aceptación regional de Israel, facilitando la normalización de relaciones con Arabia Saudita.
La tragedia radica en que el actual gobierno israelí se dirige en dirección opuesta a la paz.
Netanyahu ha hecho de su misión la derrota del movimiento nacional palestino, evitando compromisos territoriales.
Su coalición busca establecer un Estado judío desde el río hasta el mar, limitando o negando derechos a los no judíos, incluidos los ciudadanos israelíes.
A pesar de la presión por destituir a Netanyahu, los partidos de oposición evitan abanderar la paz por temor a ser considerados antipatriotas durante la guerra.
Esta situación lleva a Israel a aceptar un apartheid institucionalizado en Cisjordania, una ocupación permanente en Gaza y un régimen autocrático que crece en el país.
El análisis profundo del contexto actual y el reconocimiento de la insostenibilidad del status quo son cruciales.
El camino hacia una solución pacífica es más necesario que nunca, ya que los riesgos para la democracia y los valores liberales de Israel son cada vez más preocupantes.
Fuente: Grupo R Multimedio