Día Mundial del Suelo: La preocupante pérdida de 100 millones de hectáreas de tierras fértiles cada año plantea serios desafíos para nuestro medioambiente.
La Amenaza del Cambio Climático y la Importancia del Suelo en Uruguay
El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo en las temperaturas y los patrones climáticos.Aunque algunos de estos cambios pueden ser naturales, desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático.
La quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, ha incrementado la emisión de gases que atrapan el calor en la atmósfera.
Las Naciones Unidas advierten que el cambio climático altera el equilibrio habitual de la naturaleza, lo que conlleva riesgos significativos para los seres humanos y todas las formas de vida en el planeta.
En diversas regiones del mundo, se registran cada vez más días calurosos y olas de calor; de hecho, el año 2020 fue uno de los más calurosos jamás documentados.
Las temperaturas elevadas intensifican enfermedades relacionadas con el calor y dificultan tanto el trabajo como los desplazamientos.
Además, propician un aumento en la frecuencia y propagación de incendios forestales.
Los cambios térmicos también alteran los patrones de precipitación, resultando en tormentas más intensas y frecuentes, así como en inundaciones y deslizamientos de tierra, que destruyen hogares y comunidades, costando miles de millones de dólares.
Conscientes de la crítica situación, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 5 de diciembre como el Día Mundial del Suelo, con el propósito de concienciar sobre la importancia de conservar este recurso y promover una gestión sostenible de los mismos.
Los expertos subrayan que la supervivencia de nuestro planeta está íntimamente ligada al vínculo entre el suelo y el agua.
Más del 95% de nuestros alimentos depende de estos dos recursos fundamentales.
El agua del suelo es esencial para la absorción de nutrientes por parte de las plantas, y su interacción con nuestros ecosistemas es vital.
Sin embargo, el cambio climático y la actividad humana están provocando la degradación de nuestros suelos, ejerciendo presión sobre los recursos hídricos y alterando el equilibrio natural.
Este proceso de erosión reduce la capacidad de infiltración del agua y su disponibilidad para la vida.
Las prácticas de manejo sostenible del suelo, tales como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la incorporación de materia orgánica y los cultivos de cobertura, contribuyen a mejorar la salud del suelo, a reducir la erosión y la contaminación, y favorecen la infiltración y almacenamiento del agua.
Estas estrategias no solo preservan la biodiversidad del suelo y mejoran su fertilidad, sino que también contribuyen al secuestro de carbono, desempeñando un papel clave en la lucha contra el cambio climático.
Nuestra salud y la del planeta están vinculadas a las plantas, que nos proporcionan el 80% de los alimentos que consumimos y el 98% del oxígeno que respiramos.
A pesar de su importancia, las plantas no reciben la protección adecuada, lo que trae consigo problemas graves, como la degradación de los suelos.
En el contexto uruguayo, entre enero de 2020 y diciembre de 2023, la mayor parte del país experimentó un período de sequía, con un total de 28 meses bajo estas condiciones, lo que representa el 62% de los meses analizados.
Este periodo incluye 17 meses consecutivos de sequía, convirtiéndose en el más prolongado en la historia reciente.
Para esta temporada, el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) ha informado que podría ser el verano más caluroso en mucho tiempo.
Por ello, es imperativo comenzar a implementar políticas que promuevan la conservación del ecosistema.
En el marco del Día Mundial del Suelo, es alarmante que cada año se pierdan al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas, lo que requiere una acción urgente y coordinada para revertir esta tendencia.
Fuente: Grupo R Multimedio