La familia y amigos de Yamandú Orsi esperan con entusiasmo el inminente cambio de mando, ansiosos por presenciar cómo su compañero de toda la vida asume la Presidencia tras haber compartido tantos momentos significativos desde su infancia.
Expectativa en torno a la asunción de Yamandú Orsi
La familia y los amigos del electo presidente Yamandú Orsi viven momentos de gran expectativa mientras se acercan las horas previas a su asunción.En diálogo exclusivo con Subrayado, Luján, hermana de Yamandú, compartió entrañables anécdotas y experiencias de su niñez junto al futuro mandatario.
Luján recordó que su madre, una mujer muy católica, tenía un fuerte apego por cumplir con los rituales, incluyendo las visitas al cementerio para rendir homenaje a sus seres queridos, actividades a las que sus hijos siempre la acompañaban.
“Yamandú era uno de esos niños que iba pregonando agua para las flores, y andaba con un valdecito mientras las doñas le daban monedas.
Me acuerdo que dijo una vez: ‘Cuando sea grande quiero vender agua para las flores’”, relató.
A lo largo del tiempo, Yamandú cursó el profesorado, una carrera que le apasionaba y en la que fue muy querido por su entorno.
También participó activamente en las comisiones del club social.
“Recuerdo que él, siendo pequeño, ayudaba a las señoras mayores que compraban en el almacén, siempre con ganas de ayudar, eso le salía de manera natural”, añadió Luján.
Un episodio memorable de su infancia ocurrió cuando Yamandú, lleno de entusiasmo, quiso visitar la embotelladora de Coca-Cola que se encontraba cerca del almacén.
Sin embargo, al llegar, la máquina no estaba funcionando.
“Se enojó y tiró una piedra, lo que me causó un pequeño accidente en un diente.
Esa fue su gran travesura y terminó con una penitencia en la cama, con solo una taza de leche sin chocolate”, recordó con nostalgia su hermana.
Luján definió a su hermano como una persona sumamente inteligente, aunque con la debilidad de ser demasiado bueno.
“Con lo que ha demostrado, logró ganar la confianza de la gente”, afirmó.
Por su parte, Pablo Zeballos, uno de sus más grandes amigos, resaltó que Yamandú llegó a la ciudad de Canelones a los cinco años, instalándose cerca de su hogar.
“Nuestra amistad se forjó en la infancia, entre fútbol, juegos en la calle y cumpleaños.
Éramos tranquilos, no había muchas cosas que hacer”, comentó.
Pablo destacó que desde pequeño, Yamandú mostró un gran interés por el estudio, siendo un alumno aplicado y dedicado.
Fuente: Subrayado