Delmira Agustini: la voz poética que desafió la violencia de género en su tiempo.
La Trágica Historia de Delmira Agustini: Arte y Desamor en un Mundo Hostil
10 de octubre de 2023 Con apenas 27 años, Delmira Agustini se destacó por su virtuosismo al piano, su talento pictórico y su prodigiosa habilidad para la escritura.Sin embargo, su brillantez artística y su independencia no fueron bien recibidas en la sociedad de 1914, ni por su esposo, quien nunca aceptó su arte.
Tras un breve período de convivencia de tan solo mes y medio, el desenlace fue trágico: él le quitó la vida y posteriormente se suicidó.
Nacida en 1886 en una familia adinerada, Delmira era hija de Santiago Agustini, un usurero con fuertes conexiones en el ámbito militar y político.
Su madre, María Murtfeld Triaca, anhelaba superar la mala reputación que acompañaba a su esposo.
Desde muy joven, Delmira mostró un talento excepcional; a los cinco años ya sabía leer y escribir, y a los diez comenzaba a componer poemas y a tocar el piano.
Su crianza la llevó a recibir clases de francés, pintura, dibujo y múltiples idiomas, lo que marcó su infancia.
A los dieciséis años adoptó el seudónimo de Joujou y comenzó a publicar sus poemas, influenciada por el modernismo de la época, en particular por la estética de Rubén Darío, a quien tuvo el privilegio de conocer.
Su primer libro, "Frágil", fue publicado en 1907, cuando tenía solo 21 años, y contó con un prólogo del destacado Manuel Medina de Betancourt.
Este éxito inicial la conectó con las figuras intelectuales de Montevideo, a pesar de su juventud.
En 1908, inició una relación amorosa con Enrique Job Reyes, un romance que debió mantener en secreto debido a la oposición materna.
Durante cinco años, se comunicaron por cartas, aunque la falta de comprensión de Reyes hacia la pasión literaria de Delmira generó tensiones.
Él esperaba que ella abandonara su carrera artística una vez casados, lo que nunca ocurrió.
En 1913, Delmira publicó "Los cálices vacíos", una obra con un fuerte componente erótico que causó revuelo en su momento y aún hoy resulta impactante por su audacia.
Darío elogió su obra, afirmando que ninguna otra mujer había impresionado su alma como lo hizo Agustini, comparándola incluso con Santa Teresa por su sinceridad y encanto.
En agosto de 1913, Delmira y Enrique contrajeron matrimonio, con Ugarte como testigo.
Ella confió sus temores sobre esta unión al poeta nicaragüense, expresando su ambivalencia sobre la felicidad que podría encontrar.
Sin embargo, Reyes no tardó en manifestar su deseo de alejarla de sus preocupaciones intelectuales, considerándola simplemente una mujer que debía dedicarse a tareas más triviales.
El matrimonio fue efímero, durando apenas 45 días.
Delmira regresó a la casa de sus padres y solicitó el divorcio el 13 de noviembre, alegando “hechos graves que imposibilitan cualquier reconciliación”.
Solo un medio de la época tuvo la valentía de abordar la problemática de género, manifestando en sus páginas: “Protestamos contra los hombres autoritarios que se erigen en amos de la mujer y quieren hacerse amar a tiros de revólver.
¡No, la mujer no es la esclava del hombre, ni en el amor, ni en nada!”.
Delmira Agustini, víctima de un femicidio, dejó un legado artístico que perdura en el tiempo, siendo recordada tanto por su obra como por su trágica historia personal.
Fuente: Grupo R Multimedio